La 2024 fue una cosecha cálida, pero con vinos típicos de añada fría: con tensión, jugosos y vivos. La primavera fue fresca, con varios eventos de viento Zonda y consecuentes heladas. Esto, por un lado, trajo un avance lento y fantástico de los procesos fenológicos, pero por el otro, dificultó el cuaje de las plantas debido al viento, que también redujo las canopias. La antesala de la vendimia fue una extensa ola de calor que duró más de 3 semanas, con máximas que rondaron los 40°C y con escasa amplitud térmica. Esto incrementó el tenor zucarino, pero al mismo tiempo, la pulpa no se separó de la semilla generando un foco de acidez natural muy atractivo. Luego en el tramo final y cuando cosechamos, la planta maduró lento, permitiéndonos decidir bien el punto de cosecha que queríamos, con un buen nivel de acidez natural y frescura. La situación fue diferente en Luján de Cuyo y en el Valle de Uco, observando también una gran variación entre cuarteles. El equipo supervisó a diario los viñedos para seguir de cerca la evolución del punto de cosecha y confirmar que los grandes vinos se hacen en el viñedo.
Uvas provenientes de una pequeña parcela de 0,8 hectáreas (cuartel 6), en el sector norte de nuestro viñedo Jardín de Hormigas, ubicado en Paraje Altamira (Valle de Uco), a 1200 metros sobre el nivel del mar. Allí, el suelo está compuesto por 30 centímetros de limo con carbonato de calcio disuelto y, a partir de ahí, un reventón de piedras graníticas con carbonatos de calcio. El viñedo completo está certificado orgánico, con manejo sustentable y el foco puesto en la biodiversidad, en donde – siguiendo la filosofía de Alan York – las uvas no son el producto de una planta sino de un ecosistema.
Vinificado con un 30% de pieles durante la fermentación alcohólica. Fue criado sobre lías en piletas de concreto por 9 meses. Fue embotellado temprano, para afinarlo en crianza reductiva. Pasa de 9 a 12 meses en botella.
Posee un color amarillo brillante con reflejos acerados. La nariz es muy compleja, mostrando al principio aromas a durazno blanco, papaya, membrillo fresco y jazmín. A medida que el vino se va abriendo, aparecen las notas a manzanilla, tomillo y pomelo blanco. En el paladar encontramos mucha jugosidad y textura. Es un Semillón austero, pero con mucha personalidad en la boca, donde exhibe un carácter mineral, con notas a piedra. El final de boca descansa en la fruta blanca y eucalipto. Un vino ideal para acompañarlo con platos de pescados grasos, cerdo a la mostaza y pastas con frutos de mar.
Cosecha: 2024
Variedad: 100% Semillón
Tapón: Corcho DIAM
Volumen: 750ml
Alcohol: 12,5%
Acidez Total: 5,2 g/l
PH: 3,5
Azúcar Residual: 1,8 g/l